Siendo hoy el Día Mundial de La Fotografía, recordé un bonito y místico paseo por El Tiemblo aquí en Ávila, donde entre otros, me sorprendió la belleza y simetría de La Ermita de San Antonio de Padua, a la que además aquí tienen mucha devoción. Tras recorrerla y disfrutarla por todo su perímetro, me llamó la atención su maravillosa cúpula; así que sólo cabía esperar el momento justo en que nuestro astro hiciera su trabajo, atravesando la vidriera y dándole la luz perfecta, y de este modo, el sentido que ésta posee en lo alto de la imponente Ermita de San Antonio.
De la época barroca, muestra una hermosa cúpula, rodeada de ocho pináculos de forma octogonal con vidrieras, y coronada por un cuerpo piramidal y cruz de hierro. Destaca su fachada principal, rematada por el campanario y precedida de un espacio rodeado por balaustrada de granito.
En el centro, bajo el pequeño rosetón que proporciona algo de luz al interior de la Cúpula, se encuentra la imagen del Santo.
En el interior, además de la imagen de San Antonio de Padua, patrón de la villa, se encuentran varios cuadros, hoy restaurados, de cierto valor. Destacan los retratos dedicados al rey Carlos IV, a su mujer María Luisa de Parma y a su hijo el infante Fernando.
La Ermita se encuentra rodeada de cruces que representan El Vía Crucis que realizó Jesús de Nazaret con la Cruz en la espalda subiendo hasta el Calvario.
Se terminó de construir en el año 1824 gracias a las limosnas que aportaban los tembleños más devotos, y se dice que fue una de las primeras ermitas dedicadas a San Antonio de Padua.
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