
¡Corre río corre!, deja «nuestra agua» correr…
El pasado 22 de marzo fue el día Mundial del Agua, y desde hace algunas semanas, en uno de mis paseos mañaneros cámara en mano, pude por fin disfrutar de nuevo de ese tan escaso y preciado bien que ya pocas veces podemos observar. Sí, por desgracia, esto es así. En esta zona tan estéril de Ávila, por la que suelo pasar a menudo, solo unos pocos días al año y con suerte puedo disfrutar de la tan hermosa vista que a este solitario lugar le dota nuestra querida, soñada y esperada Agua. Nosotros también somos conscientes de la importancia que tiene el agua como un elemento dador de vida, y de lo fundamental de ella para la existencia de todos los organismos vivos. ¿De verdad hacemos por cuidarla y mantenerla viva a Ella?…
Os dejo una poesía para agradecerle su inesperada y a la vez valiosa presencia:
‘Llueve en silencio, que esta lluvia es muda’ – Fernando Pessoa
Llueve en silencio, que esta lluvia es muda
y no hace ruido sino con sosiego.
El cielo duerme. Cuando el alma es viuda
de algo que ignora, el sentimiento es ciego.
Llueve. De mí (de este que soy) reniego…
Tan dulce es esta lluvia de escuchar
(no parece de nubes) que parece
que no es lluvia, mas sólo un susurrar
que a sí mismo se olvida cuando crece.
Llueve. Nada apetece…
No pasa el viento, cielo no hay que sienta.
Llueve lejana e indistintamente,
como una cosa cierta que nos mienta,
como un deseo grande que nos miente.
Llueve. Nada en mí siente…